lunes, 11 de agosto de 2014

CASO MATUSITA, LA TRANSFORMACION DE UN MITO

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En la mayoría de ocasiones que nos entrevistaron estudiantes de distintas universidades se nos hizo la misma pregunta de rigor: “¿Por qué no investigan la Casa Matusita?”. Es comprensible que un grupo que se jacte de investigar lo paranormal despierte suspicacias el no haber ingresado a este mítico recinto. Lo que ignoraban nuestros interlocutores era que demostrar la existencia del más allá parecería más sencillo que conseguir la autorización de los propietarios de la casa. Se podría decir que casi no ha habido algún medio de comunicación que no lo haya intentado sin obtener una respuesta negativa. No podemos negar que permanecer en su interior debe provocar un éxtasis similar al que tendría cualquier investigador por colocar sus pies en Amityville, Belchite o Edimburgo, sin embargo el peso del rigor de la investigación histórica sobre la Casa Matusita nos hacía regresar a la realidad y nuestra respuesta siempre era “Me gustaría estar allí, a pesar que es un mito”. De poco servía explicarles nuestra posición sin evitar las miradas de desconcierto ante el desmoronamiento de la leyenda urbana más popular de la ciudad de Lima.

El pasado mes de Mayo ha sido clave para este misterioso lugar al ocupar los principales titulares de la prensa capitalina: El proyecto de una película que acoge sus dudosas historias bajo el ciclé “Basado en Hechos Reales” y la entrevista a uno de sus propietarios desmintiéndolas. El público desconcertado se pregunta aún ¿por qué recién habla ahora? ¿Se estarán exigiendo regalías?. Vamos a concentrarnos en analizar la veracidad de las historias ya que por capricho del destino, las aguas empezaron a agitarse en el mismo momento que nuestro investigador histórico Gustavo Rodríguez iniciara un ensayo personal sobre las repercusiones de la Leyenda de la Casa Matusita en nuestra Sociedad. No intentamos negar que este lugar pueda presentar manifestaciones sobrenaturales como lo aseguran algunos sorprendidos testigos, como suceden en algunos recintos solariegos de la vieja Lima, pero que éstos se relacionen con horrendos crímenes o rituales cuasi satánicos hay un mar de diferencia con lo que revela la investigación histórica.
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No es muy claro el inicio ni los motivos sobre el origen de esta leyenda, pero a raíz de la reveladora entrevista que realizara la periodista Rosa María Palacios a Ladislao Thierry-tiry Andrade, propietario de la mítica Casa Matusita, algunos aún se resisten a aceptar la desmitificación de este caso porque consideran extraño que el segundo piso del inmueble permaneciera abandonado por tantos años. Vale aclarar que los propietarios han intentado anteriormente alquilarlo pero sus esfuerzos han sido en vano por el grado de inversión que acarrearía a los inquilinos en restaurarlo. Ellos publicaron en Junio del 2013 un aviso en la página Casas.Trovic.com anunciando la puesta en alquiler del segundo piso en 5 mil dólares mensuales, pero es obvio que se presentaron muy pocos interesados. También es importante mencionar que la agencia bancaria que actualmente ocupa la primera planta tenía interés en rentar el segundo piso, pero un estudio de factibilidad les indicó que remodelarlo era demasiado costoso. Entonces decidieron dejarlo como estaba, con esa apariencia espectral que sigue alimentando la imaginación de toda una ciudad.

Los relatos que alimentan la leyenda de la Casa Matusita son tan apasionantes que muchos reporteros cayeron presas del sensacionalismo renunciando a comprobar su veracidad. Esta falta de rigor periodístico contribuyó a enquistar en el imaginario colectivo una historia fantástica que cobró fuerza en las últimas décadas. Conforme transcurrieron los años, los relatos fueron transformándose para convertir a esta leyenda urbana más escalofriante. En esta oportunidad vamos a desglosar tres de sus historias más conocidas para mostrar el efecto de este mito.

LA HECHICERA
 La Inquisicion en lima
El primer mito dice que la primera propietaria fue una dama europea llamada Parvaneh Dervaspa, quien llegó a Lima en 1735 y que fue acusada por la Santa Inquisición como hechicera. Esta acusación se debió a que muchos de los vecinos de Parvaneh aseguraban que ella tenía la habilidad, utilizando fuerzas ocultas, de curar algunas enfermedades que en ese tiempo azotaban la capital. La Iglesia la consideró una bruja y la apresó. Luego confesó que su poder provenía del propio demonio y obtuvo la mayor de las condenas que fue la muerte en la hoguera. Refieren algunos escritores de la época que Parvaneh, mientras era quemaba viva, lanzó una maldición (las especificaciones de la maldición son contradictorias entre varios autores, algunos dicen que maldijo la morada donde vivía, otros dicen que maldijo a la gente que ayudó a detenerla).
Por donde se le mire esta historia no resiste el menor análisis. La casa Matusita fue construída recién en 1860, 125 años después que la supuesta hechicera llegara a Lima. Según los libros de la Santa Inquisión, la última mujer en ser condenada a la hoguera fue María Francisca Ana de Castro en 1736, pero no se registra a ninguna llamada Parvaneh Dervaspa.
Ver la última página del registro de actos de fé de la Santa Inquisición:

EL ASESINATO DE LA FAMILIA JAPONESA

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Seiguma Kitsutani
Otro de los mitos narra que después de la ejecución de Parvaneh Dervaspa la casa estuvo abandonada y en 1873 fue comprada por un hombre de origen japonés. Este habría sorprendido a su mujer en un acto de infidelidad. El esposo al ver la escena tomó un cuchillo y de manera rápida y violenta acabó con la vida de la citada pareja. Sin embargo, esos no fueron los únicos asesinatos pues el esposo, desesperado al no saber qué hacer con los cuerpos esperó la llegada de sus hijos de la escuela y decidió también acabar con ellos. Por último, preso ya sea de la desesperación o simplemente de la locura, el hombre decidió practicarse el Sepuku o suicidio japonés, poniendo así fin con su vida.
En primer lugar, los primeros inmigrantes japoneses llegaron al Perú en 1899 para trabajar en las haciendas azucareras del norte. Es improbable que en 1873 algunos de los colonos pudiera haber adquirido la propiedad. Es posible que a mediados del siglo XX la imaginación popular fusionara las historias e incorporara el sonado caso ocurrido en 1944 cuando toda la familia Shimizu apareció asesinada en Breña en circunstancias aún no esclarecidas inculpando a Mamoru Shimizu, el jefe de familia (Medianoche del Japonés - Jorge Salazar, 1991). Pero aun así las fechas tampoco tienen coherencia porque el padre de Lidia Andrade Fernández propietaria del inmueble, la compró en 1925 y vivió en el lugar hasta 1947. El componente del suicidio ritual (Seppuku) que no estuvo presente en el caso Shimizu, parece haber sido curiosamente extraído del caso de Seiguma Kitsutani, acaudalado miembro de la colectividad japonesa quien se suicidó en la Quinta Heeren en 1928 después de caer en la bancarrota.
Por otro lado, el horrendo crimen que supuestamente ocurrió en la Casa Matusita no figura ni los archivos históricos de la Policía ni en los tomos de HISTORIA DE LA NOTICIA, de Jorge Salazar, un detallado compendio de crónicas policiales en el Perú. Entonces, ¿a qué se atribuye esa leyenda de horror? ¿El componente nipón en las historias estaría relacionado a la casa por el nombre del establecimiento comercial (Matusita) que alquiló posteriormente el primer piso del famoso inmueble?

EL RETO DE VILCHEZ VERA

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Humberto Vílchez Vera
No es extraño que la transmisión oral de las historias tienda a sufrir irremediablemente distorsiones con el transcurrir del tiempo para enriquecerlas, más aún, fueron agregándose nuevas historias a este lugar predestinado para la leyenda. A finales de la década del 70, Humberto Vilchez Vera, un conductor de televisión en señal abierta, apostó que sería capaz de pasar la noche en el interior de la vivienda. Tal reto desesperado tenía el propósito de levantar la alicaída audiencia de su programa
La historia narrada por muchos limeños recuerda que el animador efectivamente logró ingresar a la casa llevando consigo sólo con una cámara de vídeo en la mano. Días después en medio de la expectativa general, empezó a correr el rumor que el hombre de televisión salió despavorido de la casa profiriendo insultos y gritos botando, incluso, espuma por la boca. Al final de cuentas el animador obtuvo serias complicaciones psicológicas por lo que fue recluido en un manicomio durante un período de trece meses tiempo del cual nunca más se supo de él.
Sin embargo, la verdadera historia salió a la luz en 1991 por el mismo Vílchez Vera en su libro “El Cazador de Fantasmas”. En la última página confiesa: “No faltará quien jure por su madre que entró conmigo a la casa embrujada. Cada cual es dueño de su mentira cuando pretende que los demás le crean. Yo nunca entré a esa casa, sólo ingresó mi imaginación”.

Esta es parte de una serie de mitos que durante décadas envolvieron con su manto de misterio a la famosa casa. Los escépticos prefieren la versión de que fueron invenciones creadas durante la época de la Guerra Fría para evitar el espionaje a la antigua embajada Estadounidense. Los creyentes aseguran que efectivamente ocurren fenómenos paranormales en el misterioso segundo piso, convencidos quizás por haber permanecido desocupada durante tanto tiempo.

Sin embargo, a pesar que sus propietarios niegan con énfasis haber presenciado cualquier manifestación paranormal, en el 2006 un miembro de la familia tomó una extraña fotografía que muestra un espejo con el reflejo de Jéssica, nuera de la propietaria doña Lidia Andrade. La imagen no tendría nada de particular si no fuera porque Jéssica no estaba presente en la casa en ese momento.

En los años venideros, es posible que el imaginario popular vaya incorporando nuevos matices a los relatos de esta casa para dar origen a versiones más modernas. De lo que no hay duda, es que por más que sus escalofriantes historias sean desmentidas, la Leyenda de la Casa Matusita perdurará por siempre porque pasó a formar parte de las tradiciones populares más comentadas de nuestra vieja y querida Lima.


Fuentes:
Revista Etiqueta Negra Nº 73
Toribio Medina, José. Historia del Tribunal de la Santa Inquisición de Lima: 1569-1820.
El futuro era el Perú: Cien años o más de inmigración japonesa, Alejandro Sakuda, 1999
La medianoche del Japonés, Jorge Salazar, 1991
Entrevista a Ladislao Thierry-tiry, Radio Exitosa, Mayo 2014
Lima la Unica, blog
El Cazador de Fantasmas, Humberto Vílchez Vera,

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