INVESTIGANDO CON LA GHOSTCAM PORTATIL

En nuestras últimas investigaciones a lugares donde eran frecuentes fenómenos paranormales, surgía la urgente necesidad de poderlos captar en imágenes con movimiento. Nuestras experiencias con las cámaras de video con visión nocturna nos revelaban que eran una herramienta muy limitada porque se necesitaba siempre de un mínimo de iluminación para lograr ver el ambiente donde eran colocadas, la duración de las cintas eran de sólo 2 horas y no siempre aparecía nada en ese lapso de tiempo, y por último, la distancia efectiva del infrarrojo no sobrepasaba los tres metros. Estos factores eran un serio inconveniente para lugares donde eran totalmente oscuros, cuando se requería mayor potencia para captar ambientes amplios o largos corredores, o en lugares donde no había energía eléctrica disponible.

En un caso reciente de una clínica en un local muy antiguo, utilizamos una cámara con visión nocturna dejándola fija enfocando un largo corredor con la intención de dejarla grabando toda la madrugada. En ese lugar los propietarios aseguraban que ocurrían la mayor cantidad de movimiento paranormal que en el resto del recinto. Para solucionar el problema de la duración de la batería lo conectamos directamente a la red eléctrica (en este caso disponible), y para grabar un mínimo de seis horas continuas de video (la cinta sólo nos permitía dos horas) tuvimos que tender un largo cable desde la cámara hasta una computadora de escritorio con tarjeta de captura de video. El corredor tenía un largo de unos 15 metros y al final enfocábamos una puerta cuyos propietarios se encargaron de asegurar, pero notamos que la visión nocturna de la cámara no era suficiente en la oscuridad total, por lo que tuvimos que dejar encendida una de las lámparas de una habitación contigua para ayudar a la iluminación. Esta última medida no era recomendable porque sabíamos que las manifestaciones se producen con mayor frecuencia en la oscuridad total, pero no teníamos otra alternativa.
Como a la medianoche nos retiramos dejando la cámara funcionando y la computadora capturando las imágenes. Nadie más tendría acceso al local hasta el día siguiente. Horas más tarde revisamos el material y nos dimos con la sorpresa que sucedió algo extraño durante la noche: como a eso de las 4 am se captó la imagen y el sonido de un fuerte portazo pero la imagen estaba muy oscura. Después de procesarla vimos que la puerta enfocada por la cámara se cerró intempestivamente pero nunca se captó el momento en que se abrió. La puerta daba a un patio posterior y era imposible que alguna persona lo hiciera. Lo más extraño es que la puerta se dejó asegurada con pestillos.


Nuestro principal problema es que la imagen era tan poco clara que no nos serviría como evidencia porque no podríamos desmentir la sospecha de un truco (aunque nosotros estábamos totalmente seguros de su veracidad), pero nos quedó la sensación que perdimos una brillante oportunidad de captarlo mejor por no tener el equipo adecuado.

Fue así que diseñamos una cámara que cumpliera con nuestras necesidades:
Funcionamiento en oscuridad total, autonomía de por lo menos 6 horas de energía, duración de grabación de 5 horas, posibilidad de monitorear la imagen a distancia, alcance mínimo del infrarrojo de 15 metros, … y de bajo costo.

Una vez que todos los componentes conectados funcionaban correctamente, se buscó la ubicación más adecuada en su nuevo alojamiento y su apariencia física fue mejor de lo que se esperaba. Cuando todo debidamente armado ya teníamos nuestra flamante Ghostcam portátil, al menos en apariencia.
Las pruebas de funcionamiento sobrepasaron también las expectativas: Captó en oscuridad total, enviaba la señal de video hasta una distancia de 100 metros, la batería funcionó hasta 10 horas continuas, es liviana y portátil, la señal puede ser grabada en cualquier formato disponible (VHS, DV, DVD, disco duro, etc). Utilizamos el dvd porque el grabador tenía la opción de extender la grabación hasta 6 horas. (¡agárrate Sony!)

Pero faltaba la prueba de fuego, que era someter la cámara a las duras condiciones de una investigación verdadera en un lugar apropiado. La providencia seguía jugando a nuestro favor porque a los pocos días nos contactaron del programa de televisión que nos acompañó durante el caso de la Casa de la Encarnación, y nos pidieron apoyo para un nuevo reportaje en un cuartel de bomberos donde ocurrían cosas extrañas.
Los detalles de nuestra visita los postergaré para otro artículo, porque lo importante es saber si nuestro “Hágalo usted mismo” funcionó como esperábamos o se convertiría en un vergonzoso mamotreto ante las cámaras de televisión. Afortunadamente el juguete se portó de maravillas.
Instalamos la cámara en distintos lugares del cuartel donde los testigos afirmaban que sucedían los fenómenos. Apagamos todas las luces y la cámara nos enviaba la señal hasta una cómoda sala donde grabamos lo que acontecía en cada ambiente. Comprobamos que era tan sensible a la oscuridad que podía captar hasta la más mínima partícula de polvo, lo que constituía en parte en problema porque podrían interpretarse como orbes o manifestaciones de energía. Pero sobre la marcha aprendimos a distinguir a los insectos volando, partículas en suspensión y reflejos, de lo que realmente nos resultaba difícil encontrarle una explicación lógica como lo eran las extrañas nubosidades que cruzaban el ambiente o esferas muy densas de desplazamiento independiente. Todo este material nos servirá para compararlo con otros casos que se presenten en el futuro y nos ayudará a obtener conclusiones más precisas. Mientras tanto, compartiremos un resumen de la grabación que se captó aquella noche.