INVESTIGACION PARANORMAL EN LA FORTALEZA DEL REAL FELIPE

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REVISTA MILENARIOS Nº 17

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Publicación del artículo sobre la investigación del Grupo Dharma en la Revista Milenarios de España, correspondiente al mes de Octubre del 2010.

www.revistamilenarios.com

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INVESTIGACION PARANORMAL EN LA FORTALEZA DEL REAL FELIPE

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UNA FORTALEZA DE HISTORIA
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La Fortaleza Real Felipe en Perú, cinco veces sitiada a lo largo de su historia y jamás vencida, es la más grande obra de arquitectura militar construida por los españoles en América. Sus inexpugnables murallas de calicanto (mezcla de cal, arena y clara de huevo) ocupan una extensa área de 70 mil metros cuadrados.
A mediados del siglo XVIII, el puerto del Callao fue un botín codiciado por piratas y corsarios que lo acechaban para saquear sus valiosos cargamentos y se requería una sólida defensa para repeler cualquier ataque a la ciudad. La construcción de la fortaleza Real Felipe empezó en 1747 y culminó en 1778, según diseño del francés Luis Godín. En la Guerra de la Independencia fue sitiada durante varios meses debido a las infranqueables murallas. En el combate del Dos de Mayo de 1866, se convirtió en la principal defensa del país durante el enfrentamiento armado contra España. En la actualidad es Museo del Ejército Peruano y exhibe objetos, uniformes y armas de las distintas etapas de la milicia peruana.
El esquema defensivo del Real Felipe fue diseñado de tal forma que aún ocupada por el enemigo podía ser defendida desde su interior porque contaba con estructuras autónomas con cañones que apuntaban hacia los cuatro lados, con depósitos de armas y reservas de agua y alimentos que le permitían soportar ataques por mucho tiempo. Los torreones del Rey y la Reyna estaban considerados como fortalezas dentro de la fortaleza. Uno de los detalles lúgubres de estas construcciones son los diseños de sus calabozos, de forma semicircular, donde apenas podían estar de pie los detenidos en completa oscuridad. Unos pequeños ductos ocultos que comunicaban los calabozos con la sala de guardia servían como un curioso sistema de “Inteligencia” para oír las conversaciones de los reos y obtener información. Las historias narran que los calabozos fueron escenarios de sufrimiento y muerte por las enfermedades que padecieron los reclusos, originadas en parte por la acumulación de sus excretas que sólo eran cubiertas con cal.

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LAS HISTORIAS DETRÁS DE LAS MURALLAS

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Relatos de las personas que suelen visitar este lugar ahora convertido en un importante destino turístico, o de los trabajadores que laboran y pernoctan en el mismo, y hasta militares en actividad que custodian el Real Felipe, afirman de que en su interior suceden cosas verdaderamente extrañas: oyen voces, gritos desgarradores, sonidos extraños, movimientos de objetos o se ven personas con trajes antiguos. Otros testigos aseguran haber visto a una mujer vestida de blanco o a un niño que deambula por la Casa del Gobernador. Los grupos de investigación paranormal que la han visitado coinciden que los lugares de mayor actividad son el Torreón del Rey, la Casa del Gobernador, el osario que antiguamente fue una fosa común y el Torreón de la Reyna. En el interior de este último lugar se encuentran dos grandes bóvedas circulares que servían como depósitos de armas o alimentos, y algunos soldados de guardia o guías sostienen que cuando se golpean sus paredes se oyen alaridos espeluznantes.
La fama de ser uno de los lugares históricos de mayor actividad paranormal en América atrajo la atención de la serie Ghost Hunter International, quienes emitieron un capítulo donde supuestamente aparece el niño de la Casa del Gobernador y captaron una breve psicofonía. Así como ellos, otros grupos han intentado obtener evidencias de los fenómenos que se presentan en la fortaleza con resultados disímiles.
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HISTORIA DE UNA GRABACION

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En Abril del 2009 colocamos grabadoras de audio en dos puntos del Torreón de la Reyna con la intención de captar algunas psicofonías. Aquella noche notamos algo peculiar en los artefactos electrónicos cuando la carga de las baterías descendió abruptamente. Tal es así que nos quedamos sin mayores herramientas operativas que unos simples reproductores de mp3 que tenían la opción de grabación. Fue uno de estos pequeños aparatos que captó durante 84 minutos continuos una serie de sonidos y voces extrañas que no tenían explicación. Los sonidos que parecían ser extraídos de una escena del pasado porque se oían portazos, gente transitando o terribles gritos de dolor; no indicaron ser filtraciones del exterior por las características de un lugar aislado con muros que sobrepasaban el metro de espesor.
Esta interesante experiencia nos motivó en volver al Real Felipe en Julio del 2010, y realizamos tres visitas en las que concentramos nuestra atención en el Torreón de La Reyna y en la Casa del Gobernador.
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PRIMERA NOCHE

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En esta visita al Torreón de la Reyna los integrantes de nuestro equipo técnico comprobaron que en las bóvedas era improbable que se captaran voces o sonidos de la calle o de los soldados del exterior. Instalamos un sistema de circuito cerrado para monitorear los corredores y los lugares donde nuestra sensitiva consideró como los de mayor actividad paranormal. Los sensores de movimiento frente a las cámaras descartarían si alguna imagen anómala si fue producida por algún efecto óptico. En uno de los ambientes colocamos un pequeño soporte con un péndulo para facilitarlo como herramienta de comunicación ante la posibilidad de que alguna entidad deseara hacer un contacto. Al lado del péndulo, una vela encendida nos permitiría saber si alguna corriente de aire originó el movimiento. Dejamos en las bóvedas algunas grabadoras digitales y procedimos a retirarnos para iniciar la vigilia.
Desde nuestra improvisada sala de monitoreo todo transcurrió con normalidad. Esa noche no escuchamos ninguno de los ruidos extraños que están presentes en los tenebrosos relatos del Torreón de la Reyna. En el monitor de las cámaras de vigilancia sólo vimos pasar una que otra partícula de polvo flotando por los ambientes. Horas después, desmontamos los equipos para retirarnos con cierta desazón, pero con la esperanza de haber captado algo interesante en los aparatos que estuvieron fuera del alcance de las cámaras.
La revisión de varias horas de video fue tediosa y sin resultados alentadores. Pero al procesar los audios de las grabadoras notamos un patrón de sonido que se diferenciaba del resto. Al amplificarlo nos dimos con la sorpresa que se trataba de una especie de cántico interpretado por varias voces, similar a una melodía gregoriana. Dos de nuestras grabadoras lograron captarlo y se descartó la posibilidad de tratarse de interferencias o filtraciones radiales.
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SEGUNDA NOCHE

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Programamos para esta fecha una visita de práctica de investigación paranormal en el Real Felipe para aprovechar la cobertura que nos daría una mayor cantidad de cámaras en la captación de fotografías. Si bien es cierto, la experiencia nos dice que la actividad paranormal tiende a inhibirse ante la presencia de muchas personas, el organizarlos en grupos de pocos integrantes nos ha dado buenos resultados en otros lugares. Cada grupo se desplazó por los ambientes del Torreón de la Reyna equipados con cámaras fotográficas y grabadoras. Los sensitivos de cada grupo coincidieron en señalar como lugares “calientes” los calabozos, las bóvedas circulares y determinadas habitaciones. Algunos participantes tuvieron singulares experiencias como la sensación de ser tocados, presencia de sombras o excesivo consumo de las baterías de sus cámaras. Fabián, uno de los participantes que se encontraba en una de las bóvedas, tuvo una sensación extraña en el rostro y se tomó una fotografía: un misterioso halo luminoso apareció frente a él. En otra fotografía captó al grupo ingresando por un corredor pero la imagen de las personas se ve reflejada en la parte superior como captada desde otro ángulo. Esto podría atribuirse al flash de otra cámara que fue disparado simultáneamente y fue captado como una sobre exposición, pero lo extraño de la foto es que aparecen las sombras de dos personas encapuchadas, como si uno estuviera conduciendo al otro que lleva una cadena atada en la cintura. Daniella, otra de las participantes, llevaba una golosina (Chupa Chups) que sobresalía de su bolsillo y empezó a sentir como si algo lo jalaba; alguien les tomó casualmente una foto y apareció inexplicablemente una misteriosa manito, como la de un niño dirigiéndose hacia su objetivo.

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Cerca de la medianoche los participantes se trasladaron a la Casa del Gobernador, construcción que era destinada para el alojamiento del jefe militar de la fortaleza. Mientras tanto, el equipo de investigación permaneció en el Torreón de la Reyna para realizar unas pruebas. La historia que se oye con cierta frecuencia entre los soldados a cargo de la vigilancia y los guías de turismo es que, quienes sin saber golpearon las paredes de la bóveda circular inferior, huyeron despavoridos por los terroríficos gritos que se dejan oír. Esta historia nos causó curiosidad por ser de fácil comprobación y esperamos que el torreón estuviera desocupado para intentarlo. Nos colocamos al lado de las paredes y a una señal empezaron a golpearlas vigorosamente para inmediatamente mantenernos en silencio. El mito no se cumplió en esta oportunidad y algo desilusionados dejamos las grabadoras activadas y abandonamos el torreón. La sorpresa fue después cuando revisamos el material grabado, al haber captado el grito de dolor de una persona.
Mientras tanto, el grupo de participantes recorría en medio de la oscuridad los amplios salones de la Casa del Gobernador. No faltó quienes afirmaron haber visto una extraña silueta de una persona adulta que se perdió por los corredores. Carmen Briceño, nuestra sensitiva, acompañaba a este grupo para dirigir las prácticas y tuvo una intensa sensación de comunicación y empezó a escribir una psicografía en improvisadas hojas de papel. La escritura de los párrafos aparentan ser de dos personas distintas: la de alguien agresivo y la de un niño. Los mensajes hostiles decían que ese mundo les pertenecía a “ellos” y que los intrusos como nosotros debíamos retirarnos. Los otros párrafos escritos con caligrafía infantil daban a entender que se trataba de un niño que no podía salir a jugar con libertad porque “los malos” no se lo permitían, que el lugar donde estaba tenía mal olor y no se podía respirar. Los escritos ocuparon tres páginas y dejó a los presentes en la incertidumbre. ¿Se estaría conformando la leyenda del niño en la Casa del Gobernador?
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TERCERA NOCHE

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El material obtenido en el Torreón de la Reyna y en la Casa del Gobernador nos creó la necesidad de volver a estos lugares para complementar la investigación y gestionamos la autorización para visitar al Real Felipe otra noche más. La fecha acordada fue el 28 de Julio e iríamos sólo 5 integrantes del equipo.
Esa noche iniciamos nuestro trabajo en el Torreón de la Reyna para intentar confirmar una hipótesis que teníamos sobre el origen de los extraños sonidos. En esta oportunidad dejamos instalado el sistema de cámaras de vigilancia y 4 grabadoras de audio en diferentes ambientes. Después de hacer sonar un cuenco tibetano para generar un sonido continuo de alta frecuencia que llegaría a todos los rincones del torreón, dejamos el lugar para continuar nuestras pruebas en la Casa del Gobernador.

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La Casa del Gobernador se encuentra a una distancia de unos 200 metros del Torreón de la Reyna y para llegar se necesita cruzar una extensa explanada. Uno de los soldados abrió los candados y dejó a nuestra disposición los salones donde ocurrieron los fenómenos. Los pisos del interior de la Casa del Gobernador están cubiertos por baldosas de arcilla cocida, y en una de ellas se encuentra impresa la huella de un pequeño pie desde hace mucho tiempo. La huella tiene más de un centímetro de profundidad y nadie nos pudo precisar en qué momento apareció ni cómo pudo producirse sobre un material tan duro. Quizás esta imagen contribuyó a alimentar la leyenda del niño.
Recordando la fotografía de la misteriosa imagen de la manito cogiendo una golosina, se nos ocurrió dejar unos caramelos sobre una vitrina como carnada frente a una cámara. Un detector de movimiento nos ayudaría a salir de dudas si la cámara captaba algo extraño. Intentamos hacer contacto con el Frank Box, un aparato que realiza un escaneo continuo de emisoras generando un muestreo donde es posible oír voces de origen aún desconocido. El resultado fue negativo. Dejamos los equipos activados para retirarnos y la Casa del Gobernador quedó bajo llave.

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A las 3 de la madrugada retornamos al Torreón de la Reyna para desinstalar las grabadoras y las cámaras que se habían quedado grabando. La revisión del video nos confirmó que ningún intruso había ingresado pero también nos indicaba que aparentemente no ocurrió nada anormal. Lo que parecía ser una noche perdida se convirtió en júbilo cuando oímos muy tenuemente en las grabadoras la repetición del sonido de la campana tibetana durante varios momentos de la grabación. Este fenómeno podría ser la llave para confirmar nuestra hipótesis que las voces y sonidos que parecían de otras épocas, pudieron haber quedado impregnados en los gruesos muros del Torreón de la Reyna, y que son posibles de ser captadas. Aún es prematuro asegurar esta conclusión, pero nos brinda elementos para seguir experimentando bajo ese nuevo enfoque.
Al regresar a la Casa del Gobernador para recoger nuestros equipos, un miembro del grupo se percató de un detalle extraño: los caramelos que habíamos dejado se encontraban húmedos y ligeramente gastados, como si estuvieran consumidos. Pensamos que el calor pudo haber producido que el azúcar del caramelo se disolviera, pero la temperatura de una noche fría y sin alguna fuente de calor cercana descartó esta posibilidad. Para salir de dudas revisamos el video de la cámara pero tampoco captamos algo que no ayude a encontrar una explicación. Intentamos hacer contacto con el Frank Box por última vez, y no pasó mucho tiempo para captar unas extrañas voces que nos dejaron sorprendidos. Entre el ruido de las emisoras libres oímos claramente la frase “mi hijo” y a continuación otra frase entrecortada que nos dejó helados: “Quiero ver mi mamá”.
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El amanecer nos sorprendió en el Real Felipe mientras nos retirábamos algo confundidos. Por un lado estábamos satisfechos por los resultados en el Torreón de la Reyna que puede ser el punto de partida para confirmar el verdadero origen de los extraños sonidos. Por otro lado, nos quedó la inquietud por las experiencias en la Casa del Gobernador, donde tal vez trataron de mostrarnos que ese otro mundo del que tan poco conocemos, se encuentra más cerca de lo que imaginamos.